DIARIO DE CONFINAMIENTO

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¿Qué sentimientos, pensamientos, ilusiones, preocupaciones...estás experimentando estos días? ¿cómo pasas el tiempo en casa?  Te proponemos recoger todo lo que acontece en un diario, como una forma de liberar, a través de la escritura, todo lo que estás sintiendo y analizarlo desde otra perspectiva. De esta situación saldremos más fuertes.

Puedes utilizar pegatinas, hacer dibujos, usar cintas, recortes...para hacer un diario, que pasado un tiempo, te gustará releer... 


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El águila que no quería volar

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Hoy compartimos esta adaptación del cuento  "El águila que no quería volar" de Álex Rovira, narrado e ilustrado por Conchi Cuéllar para sus niños y niñas del CEIP Rufino Blanco de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real):  https://www.youtube.com/watch?v=J1cxmIZNNJY&feature=youtu.be Muchas gracias Conchi.
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#lamúsicasisale

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En estos días surgen miles de iniciativas para pasar mejor el tiempo en casa, os compartimos una que nos gusta porque une música, poesía y personas, se trata de hacer un diario colectivo de canciones sobre lo que nos pasa dentro en estos tiempos de incertidumbre. Esta surge de Rafa Sánchez Gálvez, artesano de canciones como él se define, su propuesta es la siguiente y está colgada en su canal de facebook: "Os propongo un espacio de creación colectiva de canciones. Toquémonos y abrazémonos creando juntos en la distancia una misma canción que sea de tod@s. Estaría bonito hacerlo cada día a modo de diario, pero si no nos da para eso, pues cada dos o tres días, según vayamos viendo. La dinámica será la siguiente. Yo pondré aquí (en facebook) por la mañana la melodía y la métrica  de las estrofas y vosotr@s vais poniendo en mi muro o me escribís a mi correo vuestras aportaciones. El correo es fabricanciones@gmail.com La temática será lo que cada uno y cada una quiera expresar ...
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Y tú, ¿eres conformista?

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Se nos presenta por delante un futuro incierto, lleno de medidas sanitarias, sociales, políticas, educativas, económicas sin precedentes, nunca antes tomadas, planteadas a priori por el bien común de la mayoría. Ahora bien, ¿meditamos, cuestionamos o reflexionamos sobre lo que se nos pide y/o exige? ¿Dónde está el límite?  El ser humano, salvo raras excepciones, busca constantemente la aprobación social, el sentirse integrado en el grupo, el no romper las reglas comúnmente establecidas. No obstante, ¿quién puede y debe abrirnos paso hacia el sentido común? La respuesta es sencilla: ningún Gobierno, ningún líder, ningún jefe, ningún maestro. Sólo nosotros mismos teniendo criterio (que no criticando), es decir, seleccionando, cribando la realidad y entresacando lo positivo para mejorarlo.  He aquí un interesante experimento social en el que se comprueba que somos muy vulnerables a la presión social y que es más fácil seguir a la mayoría que oponerse (por ridículo que...
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