En casa... y parece que será para largo
Ya estamos en casa. Algunos trabajando digitalmente, otros sin trabajar, otros trabajando online ellos y los niños. Y en muchos casos los que siempre nos están echando una mano están cerca pero solos.
Los abuelos son el motor de la familia, son los que han tirado del carro en muchas ocasiones (no hay que remontarse muy atrás en el tiempo para ver como los abuelos, en la crisis del 2008, Eran los que sustentaban muchas familias) y ahora son los más afectados por este enemigo invisible y son los que tenemos que proteger. En muchos casos estarán solos y únicamente podrán recibir la visita de un hijo/a que acudirá a llevarle comida o charlar un rato, de manera espaciada y con cierta distancia para evitar contagios.
Podemos lanzar un reto a nuestro abuelo o abuela. Un reto que será muy divertido y entretenido para todos. Que dedique unos minutos del día a contar alguna anécdota que recuerde y le gustara, algún secreto que no conocemos, alguna aventura o viaje que hizo y del que no sabíamos nada, algo que le gustara hacer de pequeño. Y además le vamos a pedir que lo escriba. Cuando uno escribe, parece que la memoria se abre al paso de la tinta y las letras fluyen y dibujan el momento vivido.
¿Cómo fue su boda?
Alguna gamberrada de pequeño
El viaje que más le ha gustado
¿Cómo querría que fueran sus nietos de mayores?
Algo que nunca ha contado
¿Cómo era un día suyo en el colegio?
Los abuelos son el motor de la familia, son los que han tirado del carro en muchas ocasiones (no hay que remontarse muy atrás en el tiempo para ver como los abuelos, en la crisis del 2008, Eran los que sustentaban muchas familias) y ahora son los más afectados por este enemigo invisible y son los que tenemos que proteger. En muchos casos estarán solos y únicamente podrán recibir la visita de un hijo/a que acudirá a llevarle comida o charlar un rato, de manera espaciada y con cierta distancia para evitar contagios.
Podemos lanzar un reto a nuestro abuelo o abuela. Un reto que será muy divertido y entretenido para todos. Que dedique unos minutos del día a contar alguna anécdota que recuerde y le gustara, algún secreto que no conocemos, alguna aventura o viaje que hizo y del que no sabíamos nada, algo que le gustara hacer de pequeño. Y además le vamos a pedir que lo escriba. Cuando uno escribe, parece que la memoria se abre al paso de la tinta y las letras fluyen y dibujan el momento vivido.
¿Cómo fue su boda?
Alguna gamberrada de pequeño
El viaje que más le ha gustado
¿Cómo querría que fueran sus nietos de mayores?
Algo que nunca ha contado
¿Cómo era un día suyo en el colegio?
...
Una vez escrito, luego al atardecer.Cuando llamemos por teléfono, pongamos el manos libre y el abuelo o la abuela nos lea lo que ha escrito. Además podemos hacer que ese reto se haga uno o dos días a la semana. ¡ Nos sorprenderemos con las mil y una anécdotas que un abuelo puede contar !
¿Os animáis?
CVL
¿Os animáis?
CVL
Nosotros hacemos videollamadas. Los niños ven y hablan con sus abuelos maternos que ahora se encuentran en un pequeño pueblo de Zamora.
ResponderEliminarUna manera de cuidarlos... en el afecto
ResponderEliminarMe ha encantado la idea de pedir a los abuelos que redacten anécdotas, gracias!
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