Estar confinados en casa durante semanas ha cambiado completamente el guion educativo. Los docentes, como figuras de apego y referencia, hemos de mantenernos cercanos a nuestro alumnado y sus familias, conocer sus preocupaciones y necesidades. No me refiero a las clases virtuales, "invertidas" o en tiempo real, plataformas educativas o libros digitales, eso queda para otra reflexión. Hablo de mantenernos en contacto, que nuestros niños y niñas sepan que seguimos aquí, no mediante documentos fríos, sino con muestras de vida, de nuestra voz, de nuestra imagen, salvemos las distancias y en la lejanía seamos más cercanos y amables que nunca. Deberíamos conocer las condiciones de las familias de nuestros alumnos, darles también voz, que padres y madres puedan compartir sus preocupaciones sobre la educación de sus hijos. Los docentes, el alumnado, o las familias estándar no existen, poco valen currículum, programaciones o actividades maravillosas si desconocemos la situ...